Para una revisión política -marxista- del deseo
En un texto que discute con Foucault -cuando F. ya ha muerto-, Deleuze afirma que el poder es una enfermedad del deseo (pues el deseo no es nunca una "realidad natural"). Y explicita una diferencia teórico/ideológica enfrentada a un aspecto no menor del pensamiento de su amigo: el concepto de placer, que aquél interpretaba como "canjeable" en el pensamiento deleuziano por "deseo".
Deleuze aclara: que apenas puede soportar la palabra placer. Que el DESEO no implica para él falta alguna. que no es un elemento natural, sino un agenciamiento de heterogeneidades que funciona. Que es proceso, contrariamente a estructura o génesis. Que es afecto, contrariamente a sentimiento. Que es "haecceidad" (individualidad de un día, de una estación, de una vida), contrariamente a subjetividad. Es acontecimiento, contrariamente a cosa o persona.
Implica la constitución de un campo de inmanencia o de un "cuerpo sin órganos", que se define solamente por zonas de intensidad, de umbrales, de gradaciones de flujos.
Lo que le interesa de Masoch no son los dolores, sino la idea de que el placer interrumpe la posibilidad del deseo y la constitución de un campo de inmanencia.
Deleuze aclara: que apenas puede soportar la palabra placer. Que el DESEO no implica para él falta alguna. que no es un elemento natural, sino un agenciamiento de heterogeneidades que funciona. Que es proceso, contrariamente a estructura o génesis. Que es afecto, contrariamente a sentimiento. Que es "haecceidad" (individualidad de un día, de una estación, de una vida), contrariamente a subjetividad. Es acontecimiento, contrariamente a cosa o persona.
Implica la constitución de un campo de inmanencia o de un "cuerpo sin órganos", que se define solamente por zonas de intensidad, de umbrales, de gradaciones de flujos.
Lo que le interesa de Masoch no son los dolores, sino la idea de que el placer interrumpe la posibilidad del deseo y la constitución de un campo de inmanencia.
En DELEUZE, Gilles: Deseo y placer, Edición preparada por Silvia N. Barei, Alción, Córdoba, 2004. El texto se publicó originariamente en 1984, al cumplirse 10 años de la muerte de M.F.
Una lectura concomitante, a propósito de la obra revolucionaria de Walter Benjamin, debida a Susan Bock-Morss:
"El conformismo de la conciencia de los trabajadores se debía en gran parte a los nuevos medios masivos de comunicación, la industria cultural, que, a través del cine, la radio y los tabloides, era capaz de cooptar los descontentos populares, proporcionando como sustituto el goce del mundo de los opresores: sus mercancías, su entretenimiento y su libertad sexual. Era claro para cualquier marxista que el carácter ilusorio de este mundo de ensueño debía ser revelado. ¿Pero el sueño también debía ser destruido? Rechazar el hedonismo de los años veinte por "decadente" y tildar a todas las formas de ensueño experimentales de "bolchevismo cultural" fueron dos de los puntos centrales de la ideología del fascismo, que glorificó la disciplina corporal, conectó el ascetismo sexual con la pureza racial, aseguró económicamente la redomesticación de las mujeres y predicó una ética del autosacrificio en el cumplimiento de los deberes hacia la familia y la nación. Para Benjamin, tal posición era claramente reaccionaria: el deseo de placer, entendido en su forma más sensual y material, era una fuerza de resistencia contra el fascismo y el capitalismo, porque su propia existencia requería que este deseo no fuera satisfecho"
En BUCK-MORSS, Susan: Walter Benjamin, escritor revolucionario, Interzona, Buenos Aires, 2005.
andre, leí sacher masoch y deseo y placer, pero no la edición traducida por barei (sino la compilación de kaminski), explicame mejor eso que lo que le interesa de masoch es que que el placer interrumpe la posibilidad del deseo....
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